PARDO, JOSÉ LUIS
Con su particular clarividencia para desmadejar hilos soterrados, José Luis Pardo nos descubre un cierto aire de familia que emparenta a figuras en apariencia inconciliables, como es el caso de Foucault y Heidegger, Bataille y Schmitt, Benjamin y Agamben, enredadas en una misma tentación: la de celebrar o cuando menos postular que el origen mítico ?extrapolítico, ?aconvencional?, violento?? del poder lo hace pender de un estado de excepción siempre al acecho y siempre en el fundamento. Y no es este un enredo menor, o inocuo, sino la expresión teórica de un peligro que ha estallado demasiadas veces como para suponer, cándidos, que ha dejado de latir, a saber, que la potentia natural destituya de nuevo a la potestas ciudadana, que el totalitarismo ?en cualquiera de sus formas? haga en-callar al Estado de derecho.