MONTEANO SORBET, PEIO
El iceberg navarro resume de forma amena una rigurosa investigación sobre la situación de las lenguas habladas en Navarra durante el Renacimiento. En el siglo XVI, los navarros se expresan en dos lenguas: el euskera, un idioma que la mayoría de la población habla, pero que nadie escribe, y el castellano, una lengua que hablan muchos menos, pero que es la que emplean los pocos que saben escribir.
Quinientos años después, la documentación que ha llegado a nuestros archivos y bibliotecas es como la foto de un iceberg tomada desde la superficie del mar: nos muestra la pequeña parte del castellano que emerge en la superficie y nos oculta la inmensa masa sumergida del euskera. Sin embargo, la lengua vasca gozaba en la Navarra del siglo XVI de tal vigor que terminó por irrumpir en los documentos escritos.
Así, utilizando informaciones puntuales, pero también estudios estadísticos, se obtiene una visión completamente nueva del panorama lingüístico: el euskera se muestra como la lengua socialmente hegemónica en Navarra, incluso un siglo después de la conquista española. Una realidad que, además, obliga a revisar nuestras ideas previas sobre la dimensión social de las lenguas que se hablaron en el reino durante la Edad Media.
Este libro contribuye así a establecer no solo la importancia que ha tenido el euskera en la historia de Navarra, sino también el protagonismo que Navarra ha tenido en la historia del euskera.